Una pregunta tras la muerte de López-Calleja es si Gaesa se fraccionará en dos o tres entidades.
Yo me atrevería a la apuesta del fraccionamiento. Uno por razones de compartimentación del poder, que ha sido la táctica de Raúl en los últimos años. Al motivo operativo se une el de “la familia” en puro lenguaje gansteril. Inevitablemente el tiempo está eliminando un proyecto de concentración de poder solo posible tras la creación del sistema por Fidel Castro y cuyos remanentes se despedazan.
La gran incógnita es que Gaesa no solo funcionaba como Estado (económico) dentro del Estado, sino como negocio familiar: fuente de ingreso para dicha familia y proyección internacional, en el mundo empresarial y de los paraísos fiscales, de esa misma familia.
Ahí es donde radica el problema para Raúl Castro. Pero por supuesto Gaesa no es solo “negocio familiar”, como quizá algunos así la vean en Miami. Así que la división o el fraccionamiento no solo es posible sino conveniente para ellos.
En cualquier caso, también hay una tercera interrogante: ¿esta situación nueva favorece a Díaz-Canel (creo que sí) o a Marrero o a ninguno de los dos?
Fotografía: el general Luis Alberto Rodríguez López-Callejas (segundo de der. a izq.). Foto Presidencia de México.
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