domingo, 30 de octubre de 2022

Demagogo y vergonzoso


Que el senador Marco Rubio rechace las preguntas sobre el pasado extremista de un activista republicano de su campaña —días atrás golpeado en Hialeah en una trifulca que aún no ha sido definida como política por la policía—, y se dedique en cambio a atacar a la prensa, es apelar al mismo recurso que por décadas viene empleado el régimen castrista.
Si no queremos ir tan lejos —es decir, tan cerca— es una variación de lo que se ve con frecuencia en España: yo sí, pero tú también. O yo malo pero tú, peor. También en Miami cuando se buscan justificaciones para Pinochet o Franco: Castro fue peor.
Eso no por añadir que el senador no lee o no sabe o no está informado o no le interesa. Porque los antecedentes delictivos de al menos uno de los agresores aparecieron publicados a los pocos días de los hechos, tanto en The Miami Herald como en el Nuevo Herald.
No senador, no se trata de cuestionar a la prensa sobre si tiene alguna pregunta sobre los antecedentes delictivos del agresor; es preguntarle a usted si tiene alguna respuesta sobre ese miembro de su campaña y su pasada pertenencia a una organización extremista y en favor de la supremacía blanca. Lo que resulta vergonzoso es que usted rechace no solo responder sino investigar dicha cuestión y aclarar el punto.

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