La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) presentó el Índice Chapultepec sobre libertad de prensa. En el marco de la 78 Asamblea General del organismo, que se desarrolla en Madrid, Carlos Jornet y Armando Castilla, de la SIP; y León Hernández y Argelia Perozo, de UCAB, Venezuela, brindaron los resultados del estudio.
La medición, que comprende el período agosto 2021-agosto 2022, es la tercera que se realiza; y permite observar las condiciones para el ejercicio de la libertad de prensa en los países de las Américas.
Cuba, en el puesto 20; Venezuela, en el 21; y Nicaragua, en el 22; son los países con los peores índices de libertad de prensa en todo el continente. En contraposición, los mejores son Canadá, Jamaica y Uruguay. En tanto, Argentina está en el puesto 12 y Brasil en el 15.
Las naciones que lograron mayores ascensos fueron Canadá y Brasil, que subieron cuatro puestos respecto a la medición anterior.
Los expositores indicaron que los resultados arrojan un índice global promedio de 53,69 puntos, lo cual refleja un descenso de la situación general de 1,92 puntos en el hemisferio, en relación con el índice promedio del año pasado, cuando fue de 55,62 puntos. Entre el país mejor valorado (Canadá) y el peor (Nicaragua) hay una brecha de 70,91 puntos.
León Hernández, de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela, alertó de la grave situación en su país; y dijo que el régimen chavista no sólo persigue a los periodistas independientes, si no también a sus familiares. En tanto, Argelia Perozo, de la misma casa de estudios, indicó que muchos países de la región tienen leyes que atentan contra la libertad de expresión.
Previo a la presentación de este informe, periodistas de Nicaragua, Venezuela, El Salvador y Cuba denunciaron el trauma personal y profesional que significa tener que exiliarse para esquivar las “amenazas” de los regímenes de esos países, con las que intentan “amordazar” la libertad de expresión y prensa.
En la mayoría de casos dejan de ejercer el periodismo y de contar lo que pasa en su país por “temor”; sus familias siguen allí, donde son conocidas y vigiladas por las autoridades; las fuentes informativas también tienen miedo a hablar, incluso de manera anónima, y la vida suele ser mucho más cara en el extranjero.
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