El caso Dobbs contra Jackson —con el fallo histórico contra el aborto de la Corte Suprema del 24 de junio de 2022— afecta de una forma u otra la vida de unos 17 millones de estudiantes universitarios de Estados Unidos.
La nueva realidad que enfrentan las estudiantes —caótica para muchas, reafirmativa para otras y con una nueva esperanza para algunas— ha modificado la vida en los recintos universitarios de este país este otoño.
La pluralidad de opiniones frente al cambio legal van desde quienes consideran el surgimiento de mayor protección a la vida a las que piensan que de ahora en adelante puede producirse una situación aterradora que las lleve a abandonar la escuela si quedan embarazadas.
The Washington Post realizó un amplio reportaje con las opiniones más diversas. Las respuestas presentan todos los matices, y al mismo tiempo refleja la heterogeneidad de la población estudiantil y la tremenda incertidumbre legal.
Una de las entrevistas se mostró eufórica por el fallo. Dijo que lloró ante la perspectiva de salvar la vida de tantos bebés. Otras hablaron de sus temores intensificados en el caso de una violación. Otra señaló que tras la pandemia, durante los años finales de su enseñanza media, y todas las dificultades que ello implicó, ahora “tengo que preocuparme conque me quiten mi autonomía corporal, a mí y a millones de otras personas, lo que me hace sentir triste y temerosa ante el nuevo curso académico”.
L'événement, la novela de Annie Ernaux —la escritora francesa ganadora del premio Nobel de Literatura este año— narra los temores, angustias y sufrimientos de una estudiante universitaria que se somete a un aborto clandestino en la Francia de la década de 1960; cuando existían leyes estrictas que prohibían la interrupción de un embarazo y castigos severos, para la mujer en estado, los médicos y principalmente las comadronas que se arriesgaban a cometer el delito.
En su frialdad sintáctica, el título de la obra en francés —el hecho que tuvo lugar, lo que sucede e importa a la persona— refleja mucho mejor la esencia del libro que las versiones en inglés (Happening) o en español (El acontecimiento).
La novela es una obra seca, despojada casi por completo de sentimentalismo y nada doctrinaria.
Lo que sucede, y desde el inicio la autora señala el carácter autobiográfico de la narración, queda para siempre en la protagonista, la acompaña a diario, pero 30 años más tarde otra situación de espera ante el resultado de una prueba médica la lleva a poner por escrito, o a finalizar de escribir, lo ocurrido.
Uno se los aspectos más interesantes —y mejor logrados— de este proceso creativo, es la reflexión constante que aparece en el texto, donde se confronta y reafirma la relación entre la palabra y la realidad (recurso narrativo que caracteriza a buena parte de la obra de Ernaux).
Es precisamente este vínculo entre lo real y lo narrado lo que me permite —o quiero asumir que me permite— sacar a colación una novela que posiblemente pocas estudiantes de esos millones mencionados por el Post conozcan o vayan a leer en algún momento.
Es una lástima, porque L'événement muestra no solo los peligros que atraviesa una estudiante procedente de la clase obrera —la primera en la familia en alcanzar un título universitario—, sino la inutilidad establecida dentro de una sociedad dominada por un dogma eclesiástico y una opinión pública reaccionaria (la misma inutilidad que lleva por la misma época a la prohibición de La Religieuse, la película de Jacques Rivette).
Si la protagonista de L'événement no está preparada para la maternidad durante el año de estudiante universitaria en que prepara su tesis de graduación (luego, y ya en la vida profesional, tendrá hijos), y si el embarazo tiene más de fortuito o descuido que de relación amorosa, con una pareja que no muestra la menor preocupación e interés y deja toda la carga —incluso monetaria— a la mujer, la interrupción aparece en la narrativa como algo a resolver de la manera más práctica posible; aunque ello es difícil no por imperativos morales ni escrúpulos personales, sino por imposición del Estado.
Esa es precisamente la situación que la actual estudiante universitaria estadounidense refiere al Post como pérdida de la “autonomía corporal”.
Lo que resulta preocupante es que, en esta nación, los vaivenes políticos lleven, como ahora con este fallo de la Corte Suprema y las legislaciones estatales en juego, a un retroceso social.
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