Con los leves cambios en su política migratoria, el régimen de La Habana deja claro que lo único que le interesa es el “exilio” de llego y voy, el que define sus fronteras a partir del Publix de la esquina.
De ahora en adelante es evidente —¿alguien no lo sabía?— que lo poco que quedaba del “exilio histórico” no cuenta, que igual a quienes llegaron por el Mariel (¿recuerdan las broncas familiares?), que lo único que importa es el tráfico de maletas, de electrodomésticos, de automóviles que le permite respirar de momento.
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